lunes, 12 de marzo de 2012

Sobre 'Un buen detective no se casa jamás', de Marta Sanz


Desde que dejé el blog he engordado.

Y he perdido un montón de pelo.

También han pasado cosas buenas.

El viernes, por ejemplo, recibí el nuevo libro de Anthony Bourdain. Se llama En crudo.

Y el jueves alguien me dijo: si vuelves a abrir el blog, hacemos una fiesta.

A tanto no creo que llegue, pero ya me he tomado un par de cañas a su costa.

Así que le debo una entrada.

Hablemos de algún libro.

Del mejor que he leído en los últimos meses.

Se llama Un buen detective no se casa jamás y lo ha escrito Marta Sanz. Lo edita Anagrama.

Un buen detective no se casa jamás es la continuación de Black, black, black.

Marta Sanz retoma a su detective Arturo Zarco.

Le saca de Madrid con el corazón roto (dice él) y se lo lleva a una ciudad de la costa valenciana, una especie de Benidorm, aunque en ningún momento se llega a concretar donde están.

Va a ver a Marina Frankel, una vieja amiga con mucha pasta, y se queda en casa de su familia: con la hermana gemela de Marina, su tía, el marido podólogo de su tía, un par de niñas también gemelas y Charly, la mucama.

Del argumento, mejor no contar más.

Un buen detective... no es una novela negra, como señala su autora, a pesar de que hay en ella un detective y un misterio que poco a poco iremos descubriendo.

Un buen detective... es más bien un cuento de hadas, como también señala su autora.

Hay mucho de alucinación, delirio o pesadilla en Un buen detective...

Hay cierta bruma o niebla que lo envuelve todo y hace que las cosas se desdibujen y pierdan consistencia.

Hay también algo muy siniestro y peligroso detrás de esa bruma, hay una amenaza que se intuye y que tarde o temprano se lo acabará llevando todo por delante.

Hay catarsis y hay lucha de clases.

Pero es que la vida de la gente rica es un poco así.

Y cada vez más.

Ricos y ordinarios son estos personajes.

Nada pijos ni estreñidos.

Porque lo que sí es Un buen dective... es una novela roja.

Pero novela roja al estilo de Marta Sanz.

O sea, a lo bestia y nada estreñida tampoco.

Cuando uno empieza a leer Un buen detective... lo primero que piensa es en lo bien que se lo ha debido pasar Marta Sanz escribiéndola. Se la ve muy cómoda, muy irónica, muy lírica.

Lírica en el mejor sentido posible, nada cursi. Todo lo contrario, con un punto a veces terrible, otras escatológico, en ocasiones grotesco...

Pero enseguida Un buen detective... se transforma en algo distinto. Ese sentido lúdico, esa mezcla de ironía y lirismo, se convierte en una seguridad absoluta.

Ya no parece que escriba divirtiéndose, sino ensimismada, un poco como si hubiera entrado en estado de trance. Supongo que eso tiene que ver con su capacidad para mantener el tono a lo largo de toda la novela (con la excepción de un capítulo mucho más sobrio) y con la acumulación de imágenes potentísimas, metáforas deslumbrantes y otras barrabasadas por el estilo. Un chorreo que va construyendo un texto sólido, solidísimo, incuestionable, sin una sola grieta o fisura. Y lo que es aún más importante: con efectos hipnóticos.

O entras o no entras en Un buen detective... Si te quedas fuera, tú te lo pierdes. Pero si aceptas el reto que te propone Marta Sanz, ya solo queda dejarte arrastrar por ella y seguirla asombrado y con los ojos muy, muy abiertos para no perderte ni un solo detalle de ese mundo que va creando con cada palabra, con cada frase, con cada coma. Y en el que nada es lo que parece. Habrá que esperar al final para descubrir qué es lo que de verdad ha pasado y quienes son los auténticos protagonistas de la historia.

Un buen detective... es un libro lúcido y rabioso, extraño y exigente, muy exigente. Toda una experiencia que se atreve a meterse en mil charcos y asumir mil riesgos.

Una última cosa: si Un buen detective... tiene valor por sí mismo, más valor tiene en relación con Black, black, black. El uno enriquece al otro y, al mismo tiempo, son muy distintos. No es que haya una evolución o una superación de Black, black, black. Tampoco hacía falta. Pero sí hay un salto, un afán por despegarse y por buscar caminos distintos.

Al final, lo que te quedan son ganas de más y también una pregunta: ¿qué va a ser lo siguiente?, ¿hasta dónde va a llegar Marta Sanz con su próximo libro?

5 comentarios:

Anónimo dijo...

joder, por fin...

Interrobang dijo...

No negaré que has despertado mi interés por su lectura.
Apuntado queda. Gracias!

Anónimo dijo...

Que bueno que volviste !!!!!!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

Ya estamos esperando la siguiente entrada, Juan.
M.

Anónimo dijo...

Me da que vamos a tener que esperar otro año...
Cristina